Muchas mujeres experimentan incontinencia urinaria postparto, un síntoma más común de lo que se suele pensar. A pesar de ello, un estudio reciente revela que hasta un 86 % de las nuevas madres no recibe ninguna orientación sobre cómo recuperar su suelo pélvico después del nacimiento
La fisioterapia del suelo pélvico se ha consolidado como una intervención eficaz para la incontinencia de esfuerzo postparto, respaldada por ensayos clínicos con una tasa de éxito superior al 70 % tras solo ocho semanas de tratamiento supervisado.
En este artículo, explicaremos en detalle qué es este tipo de incontinencia, por qué actuar pronto marca la diferencia y qué puedes esperar de un tratamiento especializado.
¿Qué es la incontinencia de esfuerzo tras el parto?
Durante el parto, los músculos del suelo pélvico pueden dañarse o debilitarse debido al paso del bebé o al uso de instrumental. Esto provoca que la uretra, vejiga o incluso el recto no tengan el soporte adecuado, lo que ocurre especialmente cuando se realzan la presión intraabdominal en actividades cotidianas como toser, saltar o cargar peso. Este tipo de incontinencia, conocida como incontinencia urinaria de esfuerzo, no sólo afecta la salud física, sino también la autoestima y la calidad de vida.
Existen otros tipos de incontinencias, pero la de esfuerzo es la más habitual postparto. Aumentar la conciencia muscular y mejorar el tono del suelo pélvico desde las primeras semanas es clave para revertir esta situación y evitar que persista en etapas posteriores.
Ventajas de actuar de forma temprana
Iniciar el tratamiento alrededor del segundo o tercer mes tras el parto es determinante para lograr una recuperación eficaz. Las investigaciones demuestran que un programa supervisado de fortalecimiento durante el primer año postparto reduce las probabilidades de incontinencia hasta en un 37 %. Además, el abordaje temprano minimiza la necesidad futura de cirugía o intervenciones invasivas, favoreciendo la autonomía, la salud sexual y la calidad de vida a largo plazo.
Cómo empezar a recuperarte en casa
A continuación, tres ejercicios recomendados tras una valoración profesional:
Contracción lenta (Kegel prolongado): contrae el suelo pélvico durante 8–10 segundos, luego relaja por igual tiempo. Repite 10 veces. Este ejercicio fortalece los músculos de sostén y mejora la resistencia.
Contracción rápida: realiza 10 contracciones breves (de 1–2 segundos) seguidas de relajación. Ayuda a entrenar la respuesta rápida necesaria para prevenir pérdidas al toser o reír.
Ejercicio de control postural y respiración: en posición de pie o cuadrupedia, realiza inclinaciones pélvicas acompañadas de una respiración diafragmática para integrar el suelo pélvico con el core y mejorar el control global.
Estos ejercicios son efectivos, pero tu fisioterapeuta puede complementarlos con biofeedback, electroestimulación o técnicas de hipopresivos según tu valoración.
Recupera el control: la fisioterapia de suelo pélvico funciona y está a tu alcance
La incontinencia urinaria tras el parto es frecuente, pero tratable. La fisioterapia del suelo pélvico ofrece una solución respaldada por evidencia: más del 70 % de éxito en pocos meses, y beneficios prolongados a largo plazo. En Clínica Lillo, nuestras especialistas combinan técnicas como ejercicios del suelo pélvico, valoración profesional y biofeedback para ofrecer una recuperación personalizada y eficaz.
Contacta con Clínica Lillo y recupera tu bienestar íntimo con un plan adaptado, profesional y centrado en ti.
Preguntas frecuentes sobre la recuperación del suelo pélvico tras el parto
Lo ideal es iniciar la recuperación del suelo pélvico entre la 6ª y la 10ª semana después del parto, siempre que el ginecólogo o la matrona lo autoricen. Comenzar pronto ayuda a prevenir complicaciones y mejora notablemente los resultados.
Después del embarazo, deberías hacerte una valoración si tienes pérdidas de orina, sensación de pesadez vaginal, dolor en las relaciones sexuales, molestias al orinar o defecar, o cicatrices dolorosas (episiotomía o cesárea).
El número de sesiones depende de cada caso, pero lo habitual es realizar entre 8 y 12 sesiones semanales. Un seguimiento profesional permite ajustar el tratamiento según la evolución y necesidades específicas de cada mujer.
Sí. Aunque no hayas tenido un parto vaginal, el embarazo y la cesárea afectan igualmente al suelo pélvico y al abdomen profundo. La fisioterapia ayuda a recuperar el tono, prevenir incontinencia o dolor pélvico y evitar futuras disfunciones, incluso si no tienes síntomas ahora.